El tabaquismo es la
adicción al
tabaco provocada, principalmente, por uno de sus componentes activos, la
nicotina; la acción de dicha sustancia acaba condicionando el abuso de su consumo. El tabaquismo es una enfermedad crónica sistémica perteneciente al grupo de las adicciones y está catalogada en el
Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales DSM-IV de la American Psychiatric Association. Actualmente se cree la causa principal mundial de enfermedad y mortalidad evitable. Se considera una enfermedad adictiva crónica con posibilidades de tratamiento.
Según la
Organización Mundial de la Salud el tabaco es la primera causa de enfermedad, invalidez y muerte prematura del mundo.
[1] En Europa el tabaquismo provoca cada año 1,2 millones de muertes. Está directamente relacionado con la aparición de 29 enfermedades, de las cuales 10 son diferentes tipos de
cáncer, y es la principal causa del 95% de los
cánceres de pulmón, del 90% de las
bronquitis y de más del 50% de las
enfermedades cardiovasculares. En España cada año mueren más de 50.000 personas debido al consumo de tabaco, más que por los accidentes de tráfico y el consumo de todas las drogas ilegales juntos. fumar puede ser el causante de varias enfermedades, como el
cáncer de pulmón, la
bronquitis tipo R2, el
enfisema pulmonar (perforación de los pulmones), y un tipo de
gripe dañina por la cual el cerebro puede absorber el agua que ingerimos.
En el año
2004, la
Organización Mundial de la Salud estimaba en 4,9 millones el número de muertes anuales relacionadas con el consumo de tabaco. Pese a existir una probada relación entre
tabaco y salud, esto no impide que sea uno de los productos de consumo legal que puede matar al consumidor asiduo.
Fumar un sólo cigarrillo da lugar a una elevación del
ritmo cardíaco, la
frecuencia respiratoria y la
tensión arterial. El humo produce una reacción irritante en las
vías respiratorias. La producción de
moco y la dificultad de eliminarlo es la causa de la
tos. Debido a la inflamación continua se produce
bronquitis crónica. También produce una disminución de la
capacidad pulmonar, produciendo al fumador mayor cansancio y disminución de
resistencia en relación a un ejercicio físico.